Los negocios y la vida empresarial en general siempre traen controversias. Podemos decir que es una parte inherente a dicha actividad, por lo que no debemos olvidarla, ni mucho menos rechazarla. Reconociendo dicha premisa tendremos la oportunidad de aceptarla, adaptarnos y prepararnos para ella.

La mejor oportunidad para un empresario en resolver una controversia es preparando el escenario para que la misma se resuelva lo más rápido posible. Todos sabemos de las lamentables falencias con las que cuentan nuestros órganos jurisdiccionales, por lo que el someter una controversia a las cortes peruanas es casi un vía crucis.

Ante tal situación, el arbitraje surge como un mecanismo especializado que permite a los empresarios resolver sus problemas de forma más rápida, especializada y sobre todo con la reserva correspondiente.

Pero, ¿Qué es el arbitraje y cómo podemos utilizarlo?. La respuesta es sencilla, el arbitraje es un mecanismo alternativo de solución de controversias, donde las partes deciden quién o quiénes serán los que resuelvan el conflicto. Este mecanismo podrá ser utilizado con la celebración de un convenio arbitral, que no es otra cosa que un acuerdo privado que las partes establecen antes, durante o después de hacer negocios.

Es evidente que la oportunidad idónea para su celebración es antes del inicio de las operaciones comerciales, puesto que luego de surgido el conflicto las partes no se encontrarán en los mejores términos para suscribir dicho convenio arbitral.

Es importante señalar que, la suscripción del mencionado convenio conminará a las partes a recurrir al arbitraje para resolver sus controversias. Por tanto, dicho convenio impedirá que una de las partes pretenda recurrir al Poder Judicial para resolver el conflicto.

Adicionalmente, el convenio o cláusula arbitral tiene que ser desarrollada de tal forma que se cree mediante ella el programa o pasos básicos que se seguirán para resolver el conflicto. Dicha situación es muy importante puesto que el no cumplirlas acarreará que dicho convenio en vez de traer una solución rápida se convierta en otro vía crucis.

Por tal motivo, se puede identificar que es la responsabilidad de un empresario mantener su mirada en los negocios y resolver los problemas de forma casi inmediata, cuando sea posible, debiendo prever siempre estas situaciones. Por lo que el arbitraje aparece como una solución ideal para resolver conflictos de forma especializada, privada y célere.

 

Por: Luis Antonio Rodríguez Allca

 


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